MASAJE FACIAL JAPONÉS es un cuidado integral de la piel, desarrollado en los albores de los tiempos para la familia imperial japonesa. Hasta el día de hoy, los tratamientos de MASAJE FACIAL JAPONÉS en Japón están reservados para la clase alta. La filosofía de MASAJE FACIAL JAPONÉS es que la belleza suprema proviene de un equilibrio perfecto entre la salud física, emocional y espiritual.
Nuestro curso de Masaje facial japonés consiste sobre todo recorrer el antiguo camino de la belleza. Es un sostificado masaje sobre la piel, la musculatura, el tejido conectivo, el colágeno, la circulación linfática, sanguínea y energética.
Con nuestro curso vivirás la experiencia de sentir y compartir como el rostro recupera su energía, vitalidad y esplendor sin tóxico ni artificios.
Aprenderás la sensibilidad para buscar con las manos y dedos músculo rígido, cambios de la temperatura, rigidez de la piel, inflamaciones, sequedad, exceso de grasa y otras tensiones que pueden afectar al rostro, como por ejemplo tensiones en la zona cervical. A esto le añadimos el aprendizaje de las zonas reflejo de cada órgano en el rostro.
Después de este curso de Lifting Japonés podrás brindar a tus clientes una experiencia de lifting facial 100% natural. Al mismo tiempo, sentirán cómo se equilibran todos los sistemas del cuerpo. Ayuda a dar un efecto de relajación asombroso en todo el cuerpo y es precisamente el efecto que experimenta aquellas personas que reciben este masaje facial Japonés. Está considerado como una de las terapias manuales con altos resultado estético facial.
Nuestro curso de Masaje facial japonés consiste sobre todo recorrer el antiguo camino de la belleza. Es un sostificado masaje sobre la piel, la musculatura, el tejido conectivo, el colágeno, la circulación linfática, sanguínea y energética.
Con nuestro curso vivirás la experiencia de sentir y compartir como el rostro recupera su energía, vitalidad y esplendor sin tóxico ni artificios.
Aprenderás la sensibilidad para buscar con las manos y dedos músculo rígido, cambios de la temperatura, rigidez de la piel, inflamaciones, sequedad, exceso de grasa y otras tensiones que pueden afectar al rostro, como por ejemplo tensiones en la zona cervical. A esto le añadimos el aprendizaje de las zonas reflejo de cada órgano en el rostro.
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